Este es el día en que la gente va a visitar las tumbas de los familiares y a limpiarlas, ofreciendo comidas a los antepasados y si alguna vez os habéis fijado, es el día en el que los chinos queman el papel rojo que representa el dinero, con lo que según la tradición envían el dinero a los que ya se marcharon. Estos días suelen ser festivos en China, Macao, Hong Kong y Taiwán por lo que mucha gente se desplaza durante estos días a sus pueblos natales para visitar con la familia a los antepasados.
Es una tradición bastante similar a la española o mejor dicho occidental de visitar a los fallecidos a finales de Octubre, pero con las diferencias que he mencionado antes. Nosotros, como de chinos tenemos poco, nos propusimos hacer una barbacoa en algún parque de aquí de Shanghai, por lo menos para respirar algo de aire no viciado y sobre todo porque al ser vacaciones, tratar de visitar alguna ciudad cercana era imposible. Algunos amigos chinos decían que no era buena idea porque al ser festivo habría muchísima gente, a lo que debíamos añadir que hacía un tiempo perfecto para estar al solete y disfrutar del día.
En un principio la barbacoa parecía que no iba a celebrarse, pero empezó a tomar forma y la cosa acabó por ser un día para repetir, puesto que hubo españoles, daneses, alemanes, suizos, chinos, italianos, alemanes, coreanos, estadounidenses... Y los que por una razón u otra no pudieron venir, pero también contábamos con ellos.
En último momento de la tarde del Sábado cambiamos el emplazamiento del parque, de Gucun Park, que está más en la ciudad, nos fuimos al de Gongqing Forest Park, que está allá donde se acaba Shanghai porque lo siguiente que hay es el mar. Lo bueno que tiene este parque es que, tal y como dice su nombre, es un bosque, por lo que es inmenso. El gran pero es que la zona de hacer barbacoas es muy pequeña, y eso en vez de una zona de barbacoas, parecía un campo de batalla en Sarajevo.
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Campo de batalla: Gongqing Park |
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El equipo con la barbacoa de las vecinas |
Ese día experimentamos en primera persona lo que es realmente ser chino, ya que estábamos en todo el meollo, éramos los únicos extranjeros, humo, gente, basura, gritos, etc. Una locura total, pero al cabo de un rato nos acostumbramos y nos integramos aún más en el ambiente que se respiraba o mejor dicho que nos intoxicaba los pulmones. Nosotros, como buenos novatos, nos llevamos una pelota para poder echar unas pachanguitas, pero claro, dónde ibamos a jugar a algo si no podíamos siquiera movernos de los alrededores de la gente que había.
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Potencia española |
Nosotros no celebramos Hanami como en Japón, pero fue algo similar, a pesar de ser a 10000 revoluciones más que en Japón, con un estres increíble, gente haciendo barbacoa incluso entre los arbustos, pero fue un gran día, que espero que pronto podamos repetir.
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Atardeciendo |
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